viernes, 10 de marzo de 2023

Libros que llegan esta primavera...

 


Lectoras...❤

La vida del bibliófilo está marcada por múltiples placeres. Leer, por supuesto, es el primero de ellos, pero ni mucho menos el único. Está el placer de ordenar y reordenar las estanterías de nuestra biblioteca particular (por editoriales, autores, países o Sacrebleu! por colores); el placer de compartir impresiones lectoras física o virtualmente; el placer de tomar prestados libros de la biblioteca, de visitar librerías y, cómo no, el placer máximo de comprar nuevos libros. 

Me encanta entrar en una librería y dar con algún título desconocido que colándose en mi 'lista de la compra', pero siempre o casi siempre echo mano de la 'libreta de novedades'; una pequeña agenda en la que voy anotando el calendario de publicaciones de libros que me interesan. Porque a todos aquellos placeres bibliófilos que apuntaba al principio se suma el de curiosear catálogos editoriales. Con que placer entra una en la pestaña 'próximamente' de sus editoriales de cabecera. ¿Se publicará un nuevo título de esta autora que tanto me gusta? ¿Rescatarán al fin este clásico olvidado? ¿Llegará pronto una reedición decente de ese libro amado con la portada más fea de la historia? 

Sí, definitivamente confeccionar con mimo nuestra 'lista de deseos' lectores es otro de los grandes placeres bibliófilos. No tanto para nuestra economía, pero, que se le va a hacer, peores vicios se han visto. 

Aquí os comparto la lista de novedades francesas que van a publicarse esta primavera y que estoy deseando tener entre manos. Como veréis todas son ediciones de bolsillo, uno de los formatos, si no el formato más vendido en Francia, para mi inmensa alegría. 

Sin más dilación, aquí los tenéis. 

'Oeuvres romanesques' de Claire de Duras.

En los años 1820 una serie de novelas atípicas invaden las librerías y conocen un éxito fulgurante. Historias sentimentales y trágicas, amores prohibidos, injusticias sociales...¿pero quién firma en el anonimato esta serie de bestsellers imitados en toda la Europa de la época? Una mujer, Claire de Duras, cuya obra recupera ahora del olvido Folio Livres

'La librairie des rêves ensevelis' de Claire Martin. 

Agosto de 1939. Grace Bennett siempre ha querido instalarse en Londres, pero su nuevo trabajo como librera en una pequeña y destartalada librería está muy alejado del glamuroso mundo al que aspiraba. Las estanterías parecen a punto de venirse a bajo en medio del polvo y tras los muros de la librería, la guerra está dando sus primeros pasos. Sin embargo, entre el Black out y las evacuaciones, Grace encuentra en la lectura un tesoro insospechado. Mientras que el Blitz arrasa la ciudad y el pánico reina en los refugios, Grace se sirve de los libros para darse a si misma y a los demás un mensaje de esperanza. 


'Le livre des heures' de Anne Delaflotte Mehdevi. 

Marguerite vive sobre el puente de Notre-Dame, en el corazón de París. Su familia regenta allí el más celebre taller de libros ilustrados de la ciudad. Irresistiblemente atraída por el trabajo del taller y por los suntuosos colores que la rodean la joven contempla las ilustraciones realizadas por su abuelo y sueña con convertirse ella misma en artista. Con el paso del tiempo, Marguerite, independiente y talentosa,  consigue hacerse un hueco en este mundo de hombres, pero en plena Edad Media, ya sea en el amor o en la vocación ¿es posible escapar a su condición de mujer? 

'Deux femmes et un jardin' de Anne Guglielmetti.

Después de muchos años como señora de la limpieza en diversas casas burguesas parisinas, Mariette hereda una antigua propiedad en Normandía. Encantada con el lugar, Mariette se traslada y se realiza plenamente dando vida al destartalado jardín de su nuevo hogar, alejada del mundo. Pero la llegada de Louise interrumpe su retiro. Esta adolescente, de vacaciones en la región, busca un refugio que pueda apartarla de las imposiciones de su familia. Poco a poco ambas empiezan a conocerse entre las flores del jardín de Mariette y de pronto, este lazo que empieza a estrecharlas cambia sus vidas para siempre. 

'Les nuits étoilées de Sixpence' de Holly Hepburn.

A la muerte de su padre, Nessie y Sam descubren que este les ha legado un pequeño pub en el encantador pueblecito de Little Monkham, situado en plena campiña inglesa. ¿Y si este regalo llegara en el momento perfecto? Nessie acaba de divorciarse y Sam de perder su trabajo, así pues este puede ser el primer paso de un nuevo comienzo para ambas. Con lo que no cuentas es con el estado de abandono del pub, con las costumbres del lugar ancladas en los años 50 y con la actitud arisca de los lugareños. ¿Conseguirán las hermanas reabrir el 'Star and Sixpence', dejar el pasado atrás y encontrar la felicidad en Little Monkham?


'Autobiographie. Mémoires d'une recluse' de Elisavet Moutzan-Martinengou.

Nacida en 1801 en la isla griega de Zakynthos en el seno de una familia aristocrática, Elisavet Moutzan-Martinengou se ve, en razón de su sexo, condenada a un doble encierro: enclaustrada entre los cuatro muros de la casa familiar se encuentra además privada de una verdadera educación. Pese a todo, Elisavet se niega a llevar la encorsetada vida que le reserva su familia. Será en la lectura y en la escritura donde encuentre refugio, trazando sin tregua los contornos de una vasto continente intelectual que la lleva lejos de las fronteras de su hogar. Cien años antes de la publicación de 'Una habitación propia' de Virginia Woolf, Elisavet Moutzan-Martinengou se forja un destino propio: el de una escritora determinada a conquistar su libertad. Sus memorias, únicas en su genero, son un testimonio conmovedor de la emancipación femenina. 

'Divorce à l'anglaise' de Margaret Kennedy.

Cuando Betsy Canning descubre que , a sus treinta y siete años, ni su riqueza, ni su mansión de Londres, ni su casa de veraneo en Gales, ni sus tres encantadores hijos la hacen feliz se da cuenta de que el problema puede venir de su marido y que lo más sencillo es separarse lo más amistosamente posible. Pero en 1936 la sociedad inglesa se muestra todavía reticente al divorcio. Apenas Betsy transmite la noticia a sus padres toda la familia se inmiscuye en su decisión. Queriendo salvar a todo precio el matrimonio y las apariencias los allegados de la pareja no hacen más que volver más traumática la separación, dejando al descubierto deseos y anhelos que afectaran para siempre la vida de todos los miembros de la familia. 

'L'Écossais sans mémoire' de Patricia Potter. 

Joven viuda, Kimbra Charlton, sobrevive en compañía de su hijo gracias al pillaje en plena frontera escocesa. Tras la masacre de la batalla de Flodden Field, descubre en el campo de batalla el cuerpo inconsciente de un guerrero escocés. En vez de entregarlo a los suyos, Kimbra decide cobijarlo en su casa para curar en secreto sus heridas. La vestimenta del hombre parece de muy buena calidad y quizá Kimbra podría obtener una buena recompensa por la ayuda brindada, pero...¿quién se esconde en realidad tras ese  hombre que parece haber perdido la memoria? 

Cómo veis un poquito de todo: novela histórica, memorias, lazos familiares, historias de mujeres y mujeres en la Historia rodeadas de libros, muchísimos libros. Ojalá la lectura de esta lista de deseos sea tan prometedora como parece. 

Muy feliz jueves y muy felices lecturas a todos. 

Con cariño,

Marie. ❤

lunes, 6 de marzo de 2023

Lecturas de invierno...


Mi ejemplar de 'George Eliot's Life,
as related in her Letters and Journals'. ❤

Siempre que escribo en el blog os digo que lo hago desde la mesa de la cocina, y de verdad que no os miento. Aquí estoy de nuevo, sentada con un café al alcance de la mano y con la vista puesta en las macetas de narcisos que adornan mi ventana. Jean teletrabaja en la habitación contigua y Martín está dormido en su hamaquita justo a mi lado. 
Definitivamente se nota que estos son los últimos días del invierno. La luz ha cambiado y todavía entra a raudales por la ventana de la cocina, que está orientada al este, a estas horas de la tarde. 
Creo que es el momento perfecto para hacer un repaso de las que han sido mis mejores lecturas de estos primeros meses del año. Esos libros que me han acompañado y han hecho mucho más placenteras las noches más frías de este invierno que ya se despide.

Enero fue sin duda el mes de 'Oh Caledonia' de Elspeth Barker. ¡Qué libro! ¡Qué magnífica y a la vez perturbadora experiencia lectora! 'Oh Caledonia' es uno de esos libros que permanecen. Que golpean y cautivan y frente a los que no puedes permanecer indiferente. Meses después de terminarlo todavía recuerdo la imagen de Escocia que brindan sus páginas, la irresistible atmósfera gótica, la sublime belleza de su escritura y a Janet, por encima de todo a Janet. 
Ya sabéis lo mucho que me gustan las historias de iniciación. 'Oh Caledonia' ya ha pasado a formar parte de mi lista de favoritas. 

Mis lecturas de febrero navegaron entre la gravedad y la más absoluta ligereza. Durante todo el mes releí 'Middlemarch' en compañía de las chicas con las que comparto club de lectura y de nuevo confirmé lo mucho que amó y lo mucho que me conmueve este libro. Creo que seguirán pasando los años y volveré a llorar de la misma forma al leer los últimas y sublimes líneas de 'Middlemarch':

"...el creciente bien del mundo depende en parte de hechos sin historia, y que las cosas no sean tan malas para ti y para mí como pudieran haber sido, se debe en parte a los muchos que vivieron fielmente una vida oculta, y descansan en tumbas no frecuentadas."


El mundo de 'Middlemarch'...❤

Esta inmersión en el mundo de 'Middlemarch', me llevó a leer otro de los libros relacionados con la novela que descansaban desde hacía años en mi estantería 'A Life in Middlemarch' de Rebecca Mead. Qué acierto resultó ser compaginar ambos libros. La fuente de la que brota la inspiración y los efectos que puede tener un libro como 'Middlemarch' en la vida de una persona.  

Y de libros que nos tocan en lo más profundo a libros que nos rozan sutilmente, como pétalos de flores de almendro, pero que dejan una huella y una sonrisa de satisfacción en la cara. Libros como 'La Belle de Belgrave Square' de Mimi Matthews y 'Sally-Ann' de Susan Scarlett. 
¡Qué absoluta delicia resultó ser la lectura de estos dos libros! 
Os prometo que ahora que vuelvo a escribir sobre ellos, siento unas ganas irresistible de leerlos de nuevo.
No voy a contaros nada de la trama porque podéis leer mis reseñas en mi perfil de Instagram, pero si buscais libros amables y ligeros, bien escritos y en absoluto banales, no lo dudéis. 
Yo ya estoy deseando leer nuevos títulos de ambas autoras. 


Primeros jacintos del año...❤

Tengo un buen montón de libros nuevos y viejos recién llegados a casa. Tengo novelas, ensayos, poemarios y novelas gráficas. Mucho material, muchos planes lectores para esta primavera, pero tendré que hacer lo posible con el poquito tiempo libre que tengo disponible. Lo cierto es que no me importa demasiado, la primavera es larga y, aunque a veces traicionera, siempre acaba cumpliendo sus promesas. Las flores de abril y mayo terminan por florecer a pesar de los vientos huracanados de marzo y de algún u otro modo, yo también iré cumpliendo con proyectos y planes. 
La maternidad me ha enseñado a tener todavía más paciencia y a saborear, aún más si cabe, cada una de mis horas o minutos de lectura. 

Mi ratoncillo acaba de despertarse y requiere mi atención.
Pronto volvemos a hablar de libros. Prometido. 
Hasta entonces un fuerte abrazo y muy felices lecturas.

Con cariño,

Marie. ❤ 

viernes, 2 de septiembre de 2022

Septiembre...



Vuelve el fresquito y con él
las ganas de hornear repostería...

Ahora que por fin han quedado atrás los días de intenso calor (o, al menos, eso espero) vuelvo a escribir frente a la ventana de mi cocina. Fuera está lloviendo y creo que no soy la única que agradece la brisa que entra por la ventana desde primera hora de la mañana. 

Ayer empezó septiembre y, aunque la entrada al otoño no será oficial hasta dentro de unas semanas, ya se percibe en el ambiente el cambio de estación. Los niños volvieron ayer al colegio llenando con su alboroto los patios de los colegios que rodean mi calle. El barrio ha vuelto a la vida después del letargo del mes de agosto. Todo vibra de expectación y, como siempre, septiembre huele a libros nuevos y a nuevos comienzos. 

Yo lo empiezo entre nervios y calma; esperando ese instante en el que mi hijo decida que es la hora de llegar al mundo. Mi bebé de otoño llegará con las primeras hojas doradas y eso me hace tan feliz... Mientras tanto sigo disfrutando de días tranquilos en casa y de buenas lecturas. Después de 'One Fine Day' de Mollie Panter-Downes, 'Dinner with Edward' de Isabel Vincent y 'Tres veranos' de Margarita Liberaki (cuyas reseñas podéis leer en mi Instagram) saqué de la estantería un nuevo Barbara Pym y qué maravilloso acierto ha resultado ser. He empezado septiembre regresando a la campiña inglesa, a sus vicarios, a sus solteronas y a sus tardes de té  como quien vuelve a casa después de un largo viaje, y desde luego, no puede haber nada más reconfortante. Me está encantando 'A Few Green Leaves', la que fue su última novela y por supuesto os contaré con un poquito más de detalle en cuanto de buena cuenta de ella. 


'Tres veranos' ha sido la lectura perfecta
para despedir el verano.

Otros dos libros me acompañan estos días. El primero es una relectura que necesitaba hacer antes de que terminase el año: 'The Morville Hours' de Katherine Swift. Leí este libro durante los días más fríos del pasado febrero y me maravilló. He perdido la cuenta del número de esquinas dobladas que pueblan ahora mi ejemplar del libro. Me prometí a mí misma que volvería a él, a la paz que encontré entre sus páginas,  cuando estuviese a punto de llegar el otoño y con él el encuentro más importante de mi vida. Así que cumplo la promesa antes de que lleguen los días de poco sueño y contadas horas de lectura. El segundo es un romance ambientado en la Regencia que me está divirtiendo muchísimo y que se degusta con el mismo placer que un plato de profiteroles bien cargados de nata y chocolate. Por supuesto os contaré las impresiones de estas lecturas bien sea a través de Instagram o en una nueva entrada.

Por el momento solo me queda desearos un muy feliz septiembre a todos y una muy feliz entrada a la más bella de las estaciones. 

Un abrazo.

Marie 

sábado, 21 de mayo de 2022

En el tiempo de las lilas...

 

 
La delicada belleza de las primeras lilas...


Abrir la ventana, dejar entrar la primavera y ahuyentar el silencio de varios años.
Es tiempo de limpiar las telarañas del rinconcito y de volver a los orígenes. De regresar a donde todo empezó para continuar con más fuerza. 

Alrededor el mundo parece haberse puesto en marcha de nuevo y todo florece; lo hacen las lilas, las primeras rosas, incluso yo florezco con esta vida que crece poco a poco en mi interior.
Entre las manos tengo dos libros bellísimos que me acompañan en estos días de cielos azules y de calor intenso: 'Hamnet' de Maggie O'Farrell y 'No Time on my Hands' de Grace Snyder.

Este último empieza así:

"I grew up on the high plains of Custer County, Nebraska, where, as a child of seven and up, I wished three wishes and dreamed three dreams. I wished that I might grow up to make the most beautiful quilts in the world, to marry a cowboy, and to look down on the top of a cloud. At the time I dreamed those dreams and wished those wishes, it seemed impossible that any of them could ever come true." 

Queridos lectores, bienvenidos a una nueva temporada de lecturas en 'A Book a Day'. 
💕


Que nunca falten flores, té y buenas lecturas...





miércoles, 29 de enero de 2020

Primeras lecturas del año

Estos fueron mis regalos librescos de Reyes y de cumpleaños. 

Ya estamos acabando enero, pero ¿todavía puedo desearos un muy feliz 2020?
Hace mucho tiempo que no escribo por aquí, y ni siquiera sé con que regularidad podré pasarme, pero me apetecía tanto volver al rinconcito que me he dicho: ¿por qué no volver ahora que acaba de empezar el año?

Dicho y hecho. 
¡Bienvenidos a esta nueva etapa de 'A Book a Day'!

Los que me seguís la pista por Instagram sabréis que, a finales de diciembre, decidí apuntarme a un reto de lectura (como en los viejos tiempos). El reto en cuestión se llama '20 for 2020' y, como su nombre indica, propone leer veinte categorías de libros a lo largo de 2020. A saber:

· Una obra de Shakespeare
· Una novela clásica de detectives
· Un clásico infantil
· Una novela contemporánea
· Una novela de ficción histórica
· Una obra de teatro clásico 
· Una colección de relatos
· Una biografía o memoria
· Una obra religiosa
· Un libro que hable de libros
· Un libro extranjero (pero no occidental)
· Una lectura 'culposa'
· Un libro intimidatorio
· Una sátira
· Un libro de ensayos
· Una obra de un 'autor menor'
· Un clásico escrito por una mujer
· Un volumen de poesia
· Un libro que esté fuera de tu zona de confort
· Releer un libro que leíste en el instituto

A día de hoy acabo de completar la categoría 'biografía o memoria' gracias a Isabel Burdiel y a su monumental biografía de Emilia Pardo Bazán. Os dejo a continuación el pequeño comentario que dediqué a esta lectura en Instagram.

Una joya
«Y en lo que no me equivoco, es en creer que gozo, que me distraigo, y que vivo cuando cojo la pluma». 
Emilia Pardo Bazán en una carta a Francisco Giner de los Ríos


De forma rigurosa y exhaustiva Burdiel va desgranando la vida y la obra de doña Emilia, prestando especial atención al contexto histórico en el que fue evolucionando como escritora. 

Fue el s.XIX español un siglo tumultuoso, de fuertes contrastes, y nadie como doña Emilia encarna las contradicciones que le fueron propias. 
Todo tiene cabida en este minucioso estudio de más de seiscientas páginas. Siguiendo la tradicional estructura cronológica, conocemos la niñez de Emilia en Galicia. La niñez de una heredera de familia hidalga, que muy pronto desarrolló un desaforado interés por el estudio y la lectura. Somos testigos de sus años de juventud, de formación, y de sus primeros escritos; testigos de su (fallido) matrimonio, de sus variados compromisos sociales (propios de una dama de su condición), y de la llegada de los primeros hijos...etapas de la vida de una mujer, que Emilia Pardo Bazán compaginó, o al menos intentó compaginar, con la que fue la pasión de su vida: la escritura. 

Contradictoria, excéntrica, problemática...Pardo Bazán no calló ante nada ni nadie. Así queda reflejado en su correspondencia privada, en sus asiduas colaboraciones en prensa, donde habló de política, de sociedad, de literatura...y, como no, en sus obras de ficción, donde se atrevió a introducir los 'escandalosos y pútridos' dictados naturalistas, descubiertos al otro lado de los Pirineos.
Fue doña Emilia carlista en su juventud, feminista declarada, ferviente católica...es difícil delinear y entender el carácter de una mujer de fuertes convicciones que no se amedrentó ante nada. Una cosa es segura, alabada y vilipendiada a partes iguales, Pardo Bazán encontró en la escritura el espacio de libertad, que como mujer, le fue negado en la vida pública. 

Como os decía al principio de este pequeño comentario, ha sido un auténtico placer descubrir la vida de una escritora excepcional; de una mujer que no desfalleció a lo largo de su carrera: curiosa, despierta, siempre dispuesta a mejorar lo ya creado. 

¡Espléndida doña Emilia y espléndida biografía!


Otras de las lecturas con las que he empezado el año han sido: 'Querida señora Bird' de A. J. Pearce, novela ambientada en la IIGM que no me gustó demasiado; 'El legado' de Sybille Bedford, una muy buena lectura, pero algo más extraña de lo que imaginaba; y, por último, 'Jubilee' de Margaret Walker; una novela, ambientada en una plantación del sur de los Estados Unidos en los albores de la guerra de Secesión, que disfruté muchísimo. 
En unos días os hablo de ella con más detalle.


Bueno, creo que ya está bien por hoy.
Espero que hayáis empezado el año con muy buen pie y, como siempre, que estéis disfrutando de estupendas lecturas. 💕

martes, 20 de noviembre de 2018

Regreso a Aix-en-Provence.

El fin de semana pasado, después de cinco años de ausencia, volví a visitar Aix-en-provence

Con la excusa de un cumpleaños en Marsella, decidimos hacer un alto en esta pequeña ciudad que forma parte de mi misma.
En Aix estudié gran parte de la carrera, conocí a los que aún hoy son mis mejores amigos y maduré hasta convertirme en la chica que escribe estas líneas.
Creo que cualquier lugar en el que se hayan vivido estas experiencias, se convierte en un sitio mágico, único a nuestros ojos; pero si a ello le sumamos la belleza de la pequeña capital de la Provenza...no hay palabras para describir la nostalgia que me envuelve cuando pienso en ella.

Place d'Albertas

Aix es una ciudad coqueta y elegante, pese al aspecto decadente que muestran las fachadas de algunos de sus edificios. Dicen los carteles que la publicitan, que Aix es ciudad de artes y de agua, y están en lo cierto (su propio nombre lo indica). No hay calle en Aix que no invoque al arte, que no inspire el ojo del artista; y sobre todo no hay calle en Aix que esté en completamente silenciosa, incluso a altas horas de la madrugada. Casi todas sus calles están colmadas del murmullo incesante de una fuente cercana. Las hay esculturales o sencillas, escondidas o ilustres, de agua fría o templada.


Mis preferidas: Fontaine des Quatre Dauphins y Fontaine des Trois Ormeaux.

Ahora, en estos días de noviembre, el sonido de lluvia se suma al de las fuentes dando un irresistible toque otoñal a las calles empedradas. En el suelo y en las copas de los árboles, se arremolinan las últimas hojas y, mientras camino sobre ellas, contemplándolo todo bajo mi paraguas, no puedo evitar mostrar una sonrisa en los labios y un punto de tristeza en la mirada. Qué se le va a hacer. Ciertos lugares ocupan parte importante de nuestro corazón. Guardan en cada una de sus calles, plazas y esquinas, tantos recuerdos y tantas vivencias, que es imposible no sentir al volver a ellos, una mezcla de alegría y congoja.
Nostalgia por los tiempos que fueron, por aquello que fuimos y por todo lo que aún permanece en nuestro corazón y en nuestra memoria. 


Viejas costumbres. Merendar en la Maison Weibel y pasear por
las calles de Aix hasta llegar al Cours Mirabeau.

Si un día tenéis la oportunidad de venir, intentad hacerlo en plena primavera, antes de que lleguen los sofocantes días del verano. El olor a lavanda, a hierbas de Provenza y a jabón os guiará hasta uno de los muchos mercados tradicionales. El de la Place Richelme, el del Hôtel de Ville y el de la Place des Prêcheurs son mis preferidos.

Comed una porción de pizza o una focaccia en el Pizza Capri de la Rue Fabrot y probad un crêpe de Crêpes a Go Go, bajo la Place de La Rotonde. En la mano, sentados en un banco del cours Mirabeau, como si fueseis estudiantes que penan por llegar a fin de mes. Cuántas veces lo he hecho yo con mis compañeras, mientras cargaba con un ramo de girasoles o margaritas comprados en el mercado. Un auto regalo semanal, que me valió el sobrenombre de la fille aux fleurs en la residencia universitaria.

Cuando estéis en Aix honrad a sus dos chicos ilustres. Uno, pintor visionario, acabaría revolucionando la historia de la pintura; el otro haría otro tanto con la literatura. El tiempo terminó por separarles, pero ambos fueron inseparables durante los días de primera juventud, entre el Collège Bourbon y las colinas del Pays d'Aix. Esa es la imagen que me gusta conservar de Paul Cézanne y Emile Zola. Dos maestros que aprendí a amar en Aix. 
Hoy una elegante brasserie del Cours Mirabeau lleva el nombre de Les deux Garçons en su honor. Es algo cara, pero bien merece la visita.


Rue des Bouquinistes Obscurs, la librería donde empezó mi relación con los libros
de ocasión y la Librairie Anglaise de Aix, donde me refugiaba con mi inseparable
amiga Stephanie.

Mientras paseaba por Aix, imaginaba el retrato que Zola hizo de ella en La fortuna de los Rougon (primer volumen de su serie Les Rougon-Macquart). Ahí estaban el Cours Mirabeau, principal arteria de la ciudad, en la que todo Aix se congregaba para ver y ser visto. El aristocrático Quartier Mazarin, situado al sur de la avenida. Y al norte, el barrio medieval con sus calles abigarradas y estrechas. 
Hoy, pocas cosas han cambiado y la ciudad sigue repartida entre estos tres mundos. 
Si podéis, leed La fortuna de los Rougon antes o durante vuestro viaje a Aix. Podéis comprar un ejemplar en una de las librerías de la ciudad, con la Librairie Goulard y Rue des Bouquinistes Obscurs a la cabeza (ambas fueron mi segundo hogar durante mis años en Aix). 

Comed calissons y rebanadas de pan con tapenade. Chocolate de Puyricard o pralinés de la Maison Weibel. Sentid la explosión de sabores de esta tierra provenzal, que tanto aúna de Francia y de Italia, en olores, en arte y en la forma de ver la vida.
Si vais hasta allí, disfrutad al máximo de la visita y, por favor, mandadle a la ciudad (por lo bajito) un saludo de parte mía.

Muy feliz semana a todos.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Dos años en Lyon

Cómo pasa el tiempo. Frase manida, lo sé, pero no por ello menos cierta. 
Tal día como hoy, hace dos años, Jean y yo dejábamos París para instalarnos en Lyon, y aunque echemos de menos muchísimas cosas de allí, estamos muy a gusto en nuestra nueva ciudad.
Todos salimos ganando con la mudanza. Todos, menos el rinconcito. En estos últimos dos años he escrito muy poco por aquí (por no decir nada), y he terminado refugiándome en la inmediatez de Instagram.
Si, es cierto que disfruto mucho con esta red social, pero pese a todas sus virtudes, no puedo compararla con el blog. Con la satisfacción que sentía al publicar entradas. Textos redactados con tiempo, con esmero, con cariño.

No sé con que frecuencia volveré a escribir por aquí; solo sé que me apetece y que me hace feliz estar de vuelta.

Por cuestiones de derechos y de normativas europeas (no estoy yo muy puesta en estas cosas) desactivé los comentarios del blog hace unos meses. Me temo que voy a dejarlo como está, no vaya a verme entre rejas con la Navidad a la vuelta de la esquina...aunque, ¿sabéis qué? ¡A lo loco! Escribid lo que queráis y si acaba mal la cosa, mandadme turrón.  

Un fuerte abrazo a todos y muy feliz fin de semana.




Mi primera década del Century of Books: Thomas Mann, Elizabeth Von Arnim, Jack London
Edith Wharton, Upton Sinclair, Frances Hodgson Burnett y E.M Forster. 

Un pequeño apunte para comentaros mi lectura actual. ¿Os acordáis de mi Century of Books? ¿Ese pobre proyecto, que quedó tan abandonado como el rinconcito?
Bien; pues el otro día, echando un vistazo a los libros que tenía anotados y me faltaban por leer, me di cuenta de que aún tenía títulos pendientes de la primera década del siglo. Una década que me había proporcionado lecturas tan buenas como 'Martin Eden' de Jack London, 'La casa de la alegría' de Edith Wharton o 'Una habitación con vistas' de E.M Forster.
Uno de esos títulos pendientes era 'Los Buddenbrook' de Thomas Mann. Una saga familiar, de esas que tanto me gustan, que estaba cogiendo polvo en mis estanterías desde tiempo inmemorial.
Ayer mismo decidí empezarla y, de momento, puedo deciros que la estoy disfrutando mucho.

Seguiré informando de los avances.

lunes, 15 de enero de 2018

'Agnes Grey' de Anne Brontë

'Agnes Grey' y el crumble de manzana que nos
comimos este fin de semana.
"En todas las historias verdaderas hay enseñanzas, aunque puede que en algunas nos cueste encontrar el tesoro...".

Así empieza 'Agnes Grey' mi primera lectura de 2018. Esta era la última novela de las hermanas Brontë que tenía por leer y ha resultado ser el broche de oro perfecto. Un libro emotivo, sencillo y valiente que he cerrado con una sonrisa en los labios y un puntito de tristeza.

Agnes Grey, hija de un clérigo del norte de Inglaterra, es una joven afable y bien educada que ha crecido junto a sus padres y hermana en un pequeño presbiterio aislado entre páramos salvajes. Un buen día, acuciada por las  dificultades económicas que atraviesa su familia, decide buscar un puesto como institutriz en una familia local que necesite de sus servicios. Pero una vez en su puesto de trabajo, todas las expectativas de realizarse y las ilusiones de Agnes se vienen abajo una a una. A la crueldad y la mala educación de sus alumnos, se une la indiferencia y los desplantes de sus patronos; el mutismo del resto de empleados de la casa y la más absoluta soledad. 

Perseverancia, fe y coraje serán las armas de Agnes para salir adelante. Y es que, en medio de la mayor tristeza, siempre queda un hueco para la esperanza...



Creo que no tendré el respaldo general al preferir 'Agnes Grey' a la 'Inquilina de Wildfell Hall', pero no puedo más que afirmar que he adorado cada una de las páginas de 'Agnes Grey' (exceptuando quizá un final demasiado precipitado). Desde las primeras escenas en las que Agnes se aleja de su querido presbiterio, cargada de sus pocos enseres y sus más numerosas ilusiones, he empatizado con ella y sobretodo con su sincero y desgarrador testimonio. 

"¡Qué delicioso ser institutriz! Salir al mundo; emprender una nueva vida; actuar por mi misma; ejercitar mis facultades aún sin utilizar; poner a prueba mis fuerzas desconocidas; ganar mi propia manutención y algo que consolara y ayudara a mi padre, mi madre y mi hermana...".

Que tristeza ser testigo del derrumbe de las expectativas de Agnes cuando esta se enfrenta por fin a su primer empleo como institutriz. Unas vivencias de dolorosa lectura que, pese a prestarse a ello, no caen en ningún momento en el melodrama ni en la exageración. Con un estilo simple, directo e impecable, Anne Brontë expone, a través de la experiencia de su heroína, la realidad (y nada más que la realidad) del trabajo que desempeñaban las institutrices de su época. 

Empleadas, pero no criadas como tal; acompañantes sempiternas de la familia, pero un ningún caso miembro de ella, las institutrices lidiaban con una soledad casi completa a excepción de la compañía de los niños que tenían a su cuidado. Vistas con recelo por sus patronos, si el comportamiento de sus hijos no era ejemplar; las institutrices no solo debían lidiar con los desplantes de la esfera familiar si no también con la imagen de conmiseración e indiferencia que proyectaban en los demás. La imagen de una mujer soltera y solitaria que debía ocuparse de la educación de los hijos de los demás para sobrevivir. 

'The Governess' de Richard Redgrave. Una pintura que muestra a la perfección
la soledad y el desamparo de la vida de la institutriz.

Agnes atravesará todas estas situaciones en sus dos trabajos como institutriz. En primer lugar en el hogar de los horribles Bloomfield, y después en Horton House residencia de la familia Murray. Sufrimos con ella en muchos momentos, pero también nos alegramos cuando su paciencia, su perseverancia y su bondad terminan obteniendo recompensa. En las páginas de 'Agnes Grey' somos testigos de unos de los romances más tiernos que he tenido la posibilidad de leer. En mi memoria quedan ya las preciosas escenas de unas prímulas obsequiadas durante un paseo, un paraguas ofrecido en el momento perfecto y la de una pareja paseando por la playa.

Quizá por eso cerré la novela con una mezcla de alegría y tristeza. Alegría por el final feliz de Agnes y tristeza porque los paralelismos de su vida con Anne (criadas ambas entre los páramos del norte de Inglaterra. Hijas de clérigo y las más jóvenes de sus hermanos. Despedidas de su primer puesto de trabajo y fascinadas por el mar...), no terminaron de la misma forma en una playa de Scarborough. Se que soy una sentimental, pero os prometo que casi lloré mientras leía el capítulo en el que Agnes describe el efecto del mar en su espíritu, en el que alaba la fuerza y la belleza de la marea y las pisadas nuevas en la arena. En esos momentos sentí que era Anne directamente la que me hablaba al oído...

Poco más puedo añadir. 'Agnes Grey' es una novela preciosa sobre la superación de las dificultades y la voluntad de ser fiel a uno mismo. Creo que puede ser una excelente puerta de entrada a la obra de las hermanas Brontë y, por supuesto, el recordatorio de que Anne no tenía nada que envidiar a sus hermanas. Escribió como vivió, con una entereza y una sinceridad dignas de admirar. 

Muy felices lecturas a todos. 

Receta de crumble de manzana y canela (sencillísimo y riquísimo):
- 4 manzanas reineta
- 150g de azúcar moreno
- 150g de harina
- 90g de mantequilla
- 1 sobrecito de azúcar vainillado
- canela (a voluntad)

Pela, quita las pepitas y corta a dados las manzanas. Coloca los trocitos en una bandeja para horno (de las que se usan para gratinar) y espolvorea con el azúcar vainilla y la canela. 
En un bol mezcla la harina, la mantequilla derretida y el azúcar moreno. Mezcla con los dedos hasta obtener una pasta arenosa. Cubre las manzanas con esta masa de crumble y hornea durante 35 min a 200º. Vigila que no se dore demasiado, si no puede quedar demasiado crujiente. Sirve caliente con una bola de helado de vainilla y ¡buen provecho! 

jueves, 11 de enero de 2018

'Shirley' de Charlotte Brontë

'Shirley' se ha convertido en mi segunda novela favorita
de Charlotte, después de 'Jane Eyre'.
Corre el año 1831 cuando Charlotte Brontë llega como alumna a Roe Head, el colegio regentado por la señorita Wooler. Elizabeth Gaskell lo describe así en su 'Vida de Charlotte Brontë': "una casa solariega acogedora y espaciosa que se alza un poco aislada en el campo a la derecha de la carretera de Leeds a Huddersfield". Un lugar en el que las modestas casas de los campesinos se alzaban cerca de las de los propietarios que habían hecho fortuna en sus fábricas, y de las antiguas y solemnes casas solariegas de los nobles. 

La señorita Wooler tenía la costumbre de contar a sus alumnas los acontecimientos acaecidos en la región, envolviéndolos en un halo de misterio irresistible para sus jóvenes pupilas. En sus narraciones revivió para ellas los tiempos de las revueltas luditas entre los páramos solitarios, los atentados e incendios de fábricas; tiempos oscuros de inseguridad y de hambre. Muchos años después Charlotte no había olvidado aquellas historias y decidida a escribir una nueva novela, tras el éxito de 'Jane Eyre', decidió escribir a Leeds para procurarse ejemplares del Mercury (periódico local) para empezar su labor de documentación. Así nació 'Shirley', una novela que la propia autora definía así: "Esta historia es tan romántica como el lunes lo es para trabajadores que deben retomar una vez más su faena." Charlotte deseaba crear una novela social, donde la realidad (sin injerencias de ningún artificio romántico o gótico) fuese absoluta protagonista. Y vaya si lo consiguió. 

Corren los años de las guerras napoleónicas (1811-1812), y los tiempos son duros en Yorkshire. Las manufacturas de Robert Moore han dejado de producir y los obreros, amenazados por la nueva maquinaria y los despidos, se preparan para la revuelta. Todo el pequeño pueblo de Briarsfield espera expectante los acontecimientos y muy pronto los destinos de todos ellos empiezan a cruzarse. En especial el de Caroline Helstone, la dulce y humilde sobrina del reverendo, enamorada en secreto de Robert, y el de la recién llegada Shirley Keeldar, una joven heredera, decidida y adinerada que muy pronto entabla amistad con el joven y apuesto propietario...


La semana antes de la muerte de su hermana Anne, Charlotte había estado escribiendo sin descanso. En sus manos tenía el manuscrito de Shirley. Una labor que se había visto interrumpida tras los trágicos acontecimientos de la muerte de Branwell y Emily.


'Shirley', como ya dejaba claro su autora desde sus primeros compases, no tiene la fuerza arrolladora ni el romanticismo de 'Jane Eyre'; tampoco la soberbia profundidad psicológica de 'Villette' y sin embargo, en su desarrollo, reúne todos los elementos que hacen de Charlotte la grandísima novelista que fue.
No esperéis una trama de grandes acontecimientos ni golpes de efecto (aunque alguna sorpresa de última hora consiga cambiar el curso de la historia), si no esa sucesión constante  de pequeños 'nadas' que nacen de la vida cotidiana.

Creedme, uno no pasa por encima de una lectura como esta, uno no puede más que habitarla. Imaginad que estáis en el campo, en el pequeño pueblecito de Briarsfield; allí hay cuatro casas principales: el presbiterio del Señor Helstone, la manufactura de un joven fabricante, Robert Moore, la mansión de Fieldhield que pertenece a Shirley Keeldar y la casa de un viejo contratante, el Señor Hiram Yorke.  El cuadro de costumbres es cuidado, la descripción de los páramos de Yorkshire a lo largo de las estaciones sublime. Por ahí andan todavía los vicarios, las viejas solteronas pobres que dedican sus días a las buenas obras, las matronas altivas de provincias con sus ramilletes de hijas casaderas, obreros desesperados, institutrices y preceptores. Día tras día vivimos a su lado, siendo testigos de sus conversaciones y secretos. Espectadores de unos cuadros de interior llenos de encanto que quedan grabados para siempre en la memoria. Adoro que 'Shirley' sea una de esas novelas en las que se describe al detalle las comidas de los personajes. Rosbif, Yorkshire Pudding, verduras, queso y pastel especiado. Vino, licores y cerveza. Un té donde no faltan las tostadas y un recipiente bien lleno de mermelada de naranja; tartaletas y pastelillos de queso y limón, platos con finas lonchas de jamón aderezado con perejil...¡una delicia para los sentidos!

Y que decir de la galería de personajes amables, curiosos y originales que crea Charlotte, ¡es absolutamente maravillosa! Adoro a la familia Yorke, en especial al pequeño Martin (quien tendrá un papel crucial en la novela). A las dos ancianas solteronas y a Hortense, la hermana de Robert (pese a sus muchos defectos).  Y por encima de todo a los tres personajes protagonistas y la amistad que les une. 
Robert y su lucha por elegir entre el amor y la pobreza o el dinero y la salvación de sus negocios. La humanidad y la dulzura de Caroline. Una joven que, pese a su timidez, desea expandir sus alas y encontrar su lugar en el mundo. Y como no Shirley, la huérfana y rica heredera. Una mujer valiente; un espíritu libre, al que Charlotte dotó de muchos de los rasgos de su hermana Emily. La alusión a su amor por el brezo y el gusto por preferir tumbarse en la alfombra a cualquier sillón. Su independencia y sus ansias de libertad. Su fiel compañero Keeper, retratado en la figura de Tartar, y el episodio del perro rabioso y la herida cauterizada con las tenacillas de Tabby al rojo vivo son solo algunos ejemplos. 


Grabados que representan las distintas localizaciones de la novela.

La páginas de la novela están llenas de pasión y fuerza; de un espíritu de insumisión y de revuelta contra las convenciones. Y ¿sabéis que es lo que más me gusta de todo? Qué las auténticas protagonistas de todo ello sean mujeres.
'Shirley' está plagada de ellas. Habla de mujeres que aman, mujeres que sufren por amor, mujeres que nunca han sido amadas. Mujeres que claman por ser escuchadas y comprendidas; que anhelan un campo de acción más amplio que las paredes del hogar: "Si los hombres pudiesen vernos como realmente somos, se asombrarían; pero los hombres más inteligentes y agudos se engañan a menudo con respecto a las mujeres: no saben verlas a su auténtica luz, no las entienden, ni para bien ni para mal: la mujer que consideran buena es una cosa extraña, medio ángel, medio muñeca; la mujer que creen mala es casi siempre un demonio." 
El discurso de la pequeña Rose sobre su objetivo de cultivar sus talentos, su deseo de vagar por el mundo con objetivos que cumplir es admirable. Como también lo es la exhortación de Charlotte a los padres de familia: "¡Hombres de Yorkshire! [...] ¿deseáis sentiros orgullosos de vuestras hijas y no abochornados? Buscadles pues una ocupación que las aleje del coqueteo, de las intrigas y los chismorreos maliciosos. Si dejáis que los cerebros de vuestras hijas sigan estando constreñidos, encadenados, ellas seguirán siendo una plaga y un estorbo, a veces incluso una deshonra para vosotros; dadles cultura, dadles un campo de acción y trabajo, y serán vuestras más alegres compañeras en la salud, vuestras más cariñosas enfermeras en la enfermedad y vuestro más fiel apoyo en la vejez". Y tantas de las frases que pronuncia la indómita Shirley: "Antes de casarme estoy resuelta a respetar, admirar y amar".  
" - ¿Es usted una señorita bien educada?
  - Soy mil veces mejor: soy una mujer honesta, y como tal seré tratada."



Creo que poco más puedo añadir para convenceros de que leáis 'Shirley', sin mayor dilación. Tendréis entre manos una de esas novelas hechas de momentos de silencio, de reposo, de acción; de escenas de la vida cotidiana que invitan a la lectura pausada. Esa tan temida en estos tiempos que corren de la inmediatez. Mientras la leía, llegaban a mi memoria ecos de 'Middlemarch' de George Eliot y de 'Esposas e hijas' de Elizabeth Gaskell. Si las habéis leído y disfrutado, aún tenéis más motivos para haceros con un ejemplar de Shirley. En el caso contrario, apuntad los tres títulos como indispensables recomendaciones para este 2018.

Con este coup de coeur doy por inaugurada la nueva (y espero prolífica) temporada de este rinconcito. 
¡Muy felices lecturas y muy feliz año nuevo a todos!



martes, 3 de octubre de 2017

Volver...con una lista de libros para el otoño.

Nueva temporada de escritura.

Después de cinco meses sin pasar por el rinconcito, aquí estoy de nuevo. ¿Cómo habéis estado? Espero que de maravilla, disfrutando de la lectura y de los placeres de la vida. Me he demorado demasiado en volver a pasar por aquí (las telarañas y la soledad han anidado en el rinconcito), pero en el fondo, creo que he elegido el mejor momento para regresar; octubre, otoño...¿puede existir un mes  y un periodo del año más hermosos? 

Estos días ya llevo conmigo la mantita a todas partes y, aunque los libros me han acompañado también durante los meses calurosos, tengo que reconocer que es ahora cuando más disfruto de ellos; bien sea bajo la manta y acurrucada en el sofá o perdida entre el edredón y los cojines de mi cama. 
Los días empiezan a acortar y llega el tiempo de las viejas películas y las viejas historias. Es la época perfecta para sacar de las estanterías a los victorianos, a los grandes clásicos y a aquella  biografía amenazadora que uno lleva guardando desde tiempo inmemorial.
En una publicación reciente de Instagram os recomendaba una serie de libros que me parecían perfectos para el otoño. Como se que no todos sois adeptos a esta red social, aprovecho esta primera entrada de la temporada para dejaros la fotografía y la lista de lecturas aludida. 
¡Vamos allá!

Escena otoñal con unos cuantos libros perfectos para la estación.


- "Pioneros" de Willa Cather. Con Willa sobran las palabras. Nadie describe las estaciones, con unas pinceladas precisas y evocadoras, como lo hace ella.

- "Las aventuras de Arthur Gordon Pym" de Edgar Allan Poe. Sombrío, oscuro y muy perturbador libro (al menos para mi impresionable corazón). Aún así, ¡incapaz de soltarlo!

- "Pescadores de Islandia" de Pierre Loti 
Creo que no está traducida al castellano, pero espero que alguna editorial se anime algún día; es fantástico y tengo grabadas a fuego en mi mente las escenas en el mar y las despedidas a pie de puerto.

- "El fantasma y Mrs. Muir" de R.A. Dick 
Idem con esta novela entrañable que tiene un ligero toque misterioso; perfecto para los que quieren suspense pero son miedicas como yo. La película protagonizada por la bellísima Gene Tierney es también una maravilla. No podéis perdérosla.

- "Persuasión" de Jane Austen "...otoño, la estación que ejerce una influencia especial e inagotable en todos los espíritus tiernos y artísticos y que incita a todo poeta digno de leerse a intentar describirla o a plasmar sus emociones".

- "La posada de la Jamaica" de Daphne du Maurier que será publicada el año próximo por Alba editorial. En realidad cualquier Du Maurier puede ser perfecto para esta época del año.

- "Una vida" de Guy de Maupassant. "Cuando estuvieron en la puerta de la casa, del lado del mar, una pequeña ráfaga de aire los envolvió. Uno de esos vientos fríos de final de verano, que anuncian ya el otoño. Las nubes desfilaban por el cielo, cubriendo y descubriendo como un velo el manto de estrellas."

- "Qué verde era mi valle" de Richard Llewellyn. "¡Qué bien sabe una taza de té cuando uno se siente deprimido! Té claro, con leche abundante y azúcar amarilla cristalina, en una taza grande, para que cuando la boca se acostumbre al calor se pueda beber en lugar de sorber. Todo lo que parece haberse dormido dentro de uno vuelve a despertar. La taza de té es una buena amiga." Maravillosa novela que no podéis dejar pasar. Apuesto a que no podéis cerrarla sin haber derramado alguna lágrima. 

- "La campana de Islandia" de Halldor Laxness.  

- "Los amores de Sylvia" de Elizabeth Gaskell  "...los páramos salvajes y desolados, circundaban Monkshaven por tierra con la misma eficacia con que lo hacían las aguas por mar."

- "Lady Rose and Mrs. Memmary" de Ruby Ferguson. Un libro Persephone que homenajea el paisaje y las gentes de Escocia. 

- "Vera" de Elizabeth Von Arnim. Perturbador retrato de una pareja de recién casados que gustará a los que disfrutaron con "Rebeca" de Daphne du Maurier (no sin recordárselo). " -Después de todo- dijo con entusiasmo la joven -¿qué puede haber mejor que un marido que te ama?. Y la anciana dama, que ya se había casado tres veces y sabía de que hablaba, respondió con la calma de aquellos que han consumado su vida y hablan a través de la experiencia: - "No tener ninguno".

- "El jardín secreto" de Frances Hodgson Burnett. Bella lectura de infancia. "Los faroles desprendían una luz amarillenta en aquella carretera  selvática que parecía atravesar de cuajo toda la vegetación; los arbustos y matas y zarzales terminaban en esa gran extensión de oscuridad que se desplegaba ante ellos y a su alrededor (el páramo). El viento empezaba a soplar y producía un sonido especial: salvaje, grave, impetuoso."

- "Los habitantes del bosque" de Thomas Hardy. "En un punto cercano a las faldas de Blackmoor Vale, donde ya se avista a unos cuatro o cinco kilómetros la prominente cima de High-Stoy Hill, el camino queda cubierto por la gran cantidad de hojas que cae de los árboles con la llegada del otoño." 

- "El castillo soñado" de Dodie Smith. Otra de mis mejores lecturas de infancia/adolescencia. "Ahora es octubre. [...] Hace una tarde espléndida, dorada, sin viento, aunque un tanto fría. Los trigales son ahora rastrojeras de colores apagados. El único color vivo que diviso es el del arbusto de espino en el camino de entrada."

Dejo para el final la (re)lectura que tengo ahora mismo entre manos. Una novela victoriana que me parece perfecta para estos meses, "Shirley" de Charlotte Brontë. Ella será la protagonista de la próxima entrada. Nos vemos pues en cuanto tenga lista la reseña.

Un fuerte abrazo a todos y muy felices lecturas.